Vivir juntos
Cada vez es más numeroso, el número de jóvenes de mi entorno, que deciden vivir juntos antes de tomar la decisión de casarse. Y crece la opinión entre personas mayores, cuyo matrimonio ha fracasado, que creen que nada de eso hubiera ocurrido si hubieran vivido juntos antes de casarse.
Esta realidad me ha llevado a reflexionar sobre esta cuestión y descubrir argumentos que me acerquen a la grandeza del amor humano.
Esta muy claro que a nadie se le ocurre comprar un traje, usarlo y devolverlo a la tienda. Pues eso que no hacemos con las cosas, no se puede hacer con las personas. En esto creo podemos estar todos de acuerdo.

Ya sé que todos nos consideramos gente de bien y de orden, pero todos no lo son. La gente de bien y de orden es la gente que quiere paz, que su preocupación principal es el trabajo y la familia y que no tiene sueños revolucionarios, ni está con proyectos excluyentes, ni se siente dentro de una democracia madura subyugado a ningún estado opresor y lo único que pide es la convivencia, no la victoria de nada ni de nadie.