El voto del dolor
Las elecciones generales del 26-J están teñidas por el dolor, la rabia, el sufrimiento o el cabreo de los españoles, por la dureza que seguimos viviendo a causa de la crisis económica y una corrupción política sin precedentes en España, que al propio Rajoy le parece una “pesadilla”.
Millones de españoles indignados, que buscan sufrir menos tras las elecciones. Peligroso: de una crisis no se sale sin sufrimiento. Casi idéntica situación que la que propició los resultados del 20-D, por lo que esta nueva convocatoria tiene ese ingrediente, al que se suma el espectáculo bochornoso de los intentos de algunos partidos para gobernar casi a cualquier precio. Ahora, tanto Albert Rivera como Pedro Sánchez calman a los votantes afirmando que no habrá una tercera convocatoria, que habrá Gobierno tras los resultados del 26-J, a la vez que con ese mensaje pretenden captar más votos –o conservar los obtenidos – para su propia formación política, señalando como culpables el inmovilismo de Rajoy y la radicalidad de Pablo Iglesias.