Caraduras
En una universidad pública de la Comunidad Valenciana, durante los meses del Estado de Alarma, el personal del Servicio de Deportes no trabajó nada: universidad cerrada, confinamiento, y nadie haciendo uso de las instalaciones deportivas, lógicamente, por estar cerradas. Alguno de ese personal fue visto con frecuencia jugando al golf, no un día ni dos, sino semanas, meses. Tal vez cierta honradez profesional, sea el trabajo que sea, puede llevar a plantearse lo más ético en esas circunstancias, percibiendo un sueldo completo por no trabajar nada: estudiar, repasar, planificar o algo que esté vinculado con su trabajo, sin exhibir innecesariamente su situación, en una tragedia sanitaria y económica como la que vivimos. Uno de ese personal que no trabajó nada –al menos que se conozca– durante meses, al reincorporarse trabajó un sábado, y reclamó que se le pagara como horas extras. No sé si se le ha pagado como extras, pero ya la petición es de caradura.