Opinión

Pedro Sánchez: tarde y mal

Pedro Sánchez está gestionando muy mal la crisis del coronavirus. Sé muy bien que no es nada nuevo ni original lo que afirmo, pero lo hago a sabiendas: ni por agotamiento va a lograr que pensemos otra cosa, mientras no cambie su aire autosuficiente, mentiroso e incompetente de gobernar nuestra querida España.

Afirmar que se gobierna “tarde” ya lleva implícito que lo hace “mal”. Sin embargo, reitera sus errores casi cada día, y permite que los miembros del Gobierno digan una cosa y su contraria. Difícil arreglo tiene, para desgracia nuestra, pues afecta a la salud, al empleo, a toda la sociedad española, con tintes dramáticos, sin que nos sirva la cantinela de que es un problema mundial: basta ver cómo se está gobernando en otros países, para reconocer que es un problema de todo el mundo, pero hay modos de gestionar la crisis mejor y peor, y el balance de Sánchez es aterrador.

CRISIS DE LA CULTURA DE LA MODERNIDAD

Recibí la semana pasada el libro de ponencias del I Congreso Internacional de Historia y Monarquía: “El Reinado de Alfonso XIII y sus Relaciones Internacionales”, que tuvo lugar el 1 y 2 de Febrero de 2019 en los Reales Alcázares de Sevilla. Organizaron el Congreso, la Hermandad Nacional Monárquica de España junto con la Secretaria Nacional de Educación y Cultura y la Delegación Regional de Andalucía, Ceuta y Melilla. (Ha sido un regalo de una amiga coordinadora del congreso)

El titulo de la primera ponencia a cargo del Excmo. Sr. D. Jorge Fernández Díaz fue: “Alfonso XIII y la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús”, pero yo quisiera compartir parte del contenido de la ponencia a cargo de Dr. Javier Paredes Alonso, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá de Henares, pues creo dio en la diana sobre el origen de la actual crisis que padecemos, dando pistas sobre el camino hacia una buena solución.

La pandemia: OPOSICIONS i DESORI

Les sifres: veritat / mentira*

Casi tot lo mon ha acusat al govern de no dir la veritat en els morts ocasionats pel coronavirus. ¿Ha estat mentint? En puritat, no.

M’explique, qualsevol investigador sap que a l’hora d’analisar un fet –epidemiologic, sociologic, fisic, economic, conductual...– es comença per acotar l’objecte. El ministre de Sanitat, Salvador Illa, s’ha cansat de repetir que nomes es contabilisen a efectes serials els morts diagnosticats de coronarivus i que es una definicio ‘exigent’. No es correcte el terme, es nitida i es la ‘oficial’ (europea i de l’OMS), pero no es comprensiva.

Me torne a explicar. El comput es facil perque a soles val el diagnostic, pero deixa casos fora perque hi ha molts morts (¿el doble?, ¿el triple?) que tenint ‘sintomes compatibles’ no s’han inclos. El defecte no es dels contadors, sino de la caracterisacio. Si es mes extensa generarà mes problemes. ¿Son usuals definicions tan estrictes en unes atres malalties?

Medicina de guerra

¿ES EN ESPAÑA LA MEDICINA DE GUERRA UNA EXCUSA PARA APLICAR LA EUTANASIA DE TAPADILLO?

En España, últimamente, se está hablando mucho de medicina pública y de medicina privada, estableciendo que la diferencia entre ellas es que, la primera es gratuita y, la segunda, de pago. Con respecto a esto, conviene dejar muy claro que ambas son de pago y, además, pagadas por el usuario. En el caso de la privada, directamente de su bolsillo y, en el caso de la pública, con los impuestos que pagan todos los ciudadanos, jóvenes o ancianos, la utilicen o no la utilicen. Porque los ciudadanos que utilizan la mal denominada sanidad privada, también, con sus impuestos, contribuyen a la financiación de la pública, sean usuarios o no.

Los lectores opinan sobre la tragedia en las residencias

El pasado 16 de abril publiqué el artículo “Tragedia en las residencias de ancianos”, invitando a los lectores a aportar datos y comentarios sobre esta cuestión, por desgracia de tanta actualidad a raíz de la pandemia. Indicaba mi correo electrónico –javierarnal2002@yahoo.es– por si los lectores querían enviarme sus opiniones, aparte de los comentarios que en este diario se pueden aportar, y de hecho se han aportado, pero pensando que hay informaciones que los lectores preferirían proporcionarlas a una persona, no exponiendo en público sus datos personales, por razones diversas.

La reacción de los lectores ha sido numerosa y variada, desde toda España, y a todos les he contestado, y lo seguiré haciendo.

Oltra y las residencias

Oltra está desaparecida para la provincia de Castellón desde hace semanas como consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, de la que dependen las residencias de ancianos. Vamos a llamarlas por su nombre, por mucho que abunden expresiones como “tercera edad” o “mayores”: son ancianos que no pueden vivir solos o que es inviable que vivan con su familia. Aparece -¡sólo faltaría!– en calidad de portavoz de la Generalitat, pero para la provincia de Castellón está totalmente desaparecida, escondida, noqueada. Sabe que no ha cumplido ni cumple con esta provincia: prometió hace cinco años una residencia pública en Castellón, y no se ha vuelto a hablar de ella: ni siquiera hay un solar previsto. En una ciudad con casi 180.000 habitantes hay una residencia pública, y sólo la iniciativa privada salvará esta carencia en la ciudad. Lamentable.

Las FF.AA. no pueden ser mangoneadas por los partidos

A raíz de las desgraciadas palabras, y dejemos ahí el calificativo, del General de la Guardia Civil José Manuel Santiago, he sentido la necesidad de exponer públicamente algunas reflexiones e ideas sobre la, llamémosle así, cuestión militar.

En primer lugar, creo que se debería volver al anterior sistema de ingreso en las academias militares. Por oposición, previa superación del bachillerato y selectividad.

El salvaje Doctor muerte

Aktion T4. Con este nombre se conoció a finales de la década de los años treinta en la Alemania nazi un proyecto en virtud del cual se trataba de eliminar a los ancianos y enfermos, a fin de suprimir a las personas que se consideraban físicamente defectuosas. Según las fuentes, las víctimas fueron entre 275.000 y 300.000 personas, y el proyecto sólo se paralizó por la valiente oposición de un prelado católico, horrorizado ante tal brutalidad.   

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