Hasta en la cárcel
El independentismo radical en Cataluña ha llegado a ser insoportable, allí y en el resto de España. Si no, que se lo pregunten a quien compartía cárcel en Soto del Real con el líder de ANC: le concedieron a ese preso el traslado, pues decía que Jordi Sánchez era un “machaca insoportable”.
Llegó a decir ese preso que compartir celda con el independentista Sánchez era como tener “dos cárceles”, que ya es decir. Es una anécdota ilustrativa del hartazgo con el que muchos viven el intento secesionista catalán, por la falta de respeto a quien no piensa igual, la pertinaz insistencia con ocasión y sin ella. Hay ya pactos explícitos de no hablar entre amigos y colegas de “no hablar de Cataluña”.