Dimisión de Ribó
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, está obligado a dimitir por coherencia con sus propias palabras. En marzo de 2016 el líder de Compromís afirmó que, si era imputado, estaba obligado a dimitir, no sólo “dispuesto a dimitir”, y destacaba que eso era lo coherente. Resulta que ahora Ribó está investigado –antes “imputado”– por prevaricación, tras una denuncia del Grupo Popular en el ayuntamiento por negarle el expediente administrativo relativo a una encuesta sobre el colectivo fallero en 2017. Y, por mucho que diga que es una casualidad que la imputación se haya conocido a la vez que la sentencia de la Gürtel valenciana, la realidad judicial es la que es: el hombre es esclavo de sus palabras, y dueño de sus silencios… si es que tiene palabra, claro.