Sembradores de odio
Sabe inocularlo como nadie. Por lo que vamos sabiendo al chico -a Pablo Iglesias- la vocación revolucionaria le viene de casta. Tuvo la ocasión de hacer prácticas de agitación social en la Venezuela de Chaves y de Maduro. Tan entusiasmado quedó de su experiencia bolivariana que esos dos caudillos del pueblo hermano se han convertido en dos iconos irrenunciables y referenciales de su imaginario marxista. Tan entusiasmados están con los experimentos chavistas y maduristas que ahora intentan aplicarlos con la irracionalidad del odio en una de las naciones más industrializadas y socialmente más avanzadas del mundo, pese a la crisis que, en parte, nos dejó en herencia su admirado Zapatero.
HACE DOS VERANOS, INGENTES MUCHEDUMBRES DE GENTE JOVEN Y OTROS NO TAN JÓVENES, LLENARON NUESTRAS PLAZAS. LA FANTASIA IMAGINATIVA DE CIERTOS PERIODISTAS COMENZARON A IDEALIZARLOS. ERAN LOS NUEVOS ROBIN HOUD QUE VENIAN A TRAERNOS LA IGUALDAD SOCIAL Y EL PAN Y EL TECHO PARA TODOS. ERAN LOS INDIGNADOS. LOS SANTAMENTE INDIGNADOS..