El pragmatismo utópico de Pedro Sánchez

La expresión “pragmatismo utópico” que el candidato socialista a la investidura utilizó en su discurso del martes logró un poco de mi atención. Pero tras darle algunas vueltas me parece que es sinónimo del “bluf” que Rajoy atribuyó a Pedro Sánchez.

El pragmatismo utópico de Sánchez viene a ser una bella expresión, que parece evocar la ideología socialista y marxista, manejando la utopía para intentar captar la adhesión o el afecto de los votantes de izquierdas.

Pero pocos saben que, históricamente, fue el fascista Mussolini quien usó y abusó del término “utopía”, subrayando que es un ideal inalcanzable pero con la cualidad de ser un aguijón para la acción. ¿Qué acción? En el caso de Mussolini, la historia nos lo demostró.

Sánchez ha usado el término de la utopía, y a la vez llama la atención que haya utilizado con profusión en el debate el término “acción”. En muchas ocasiones, lo ha hecho para criticar la inacción de Rajoy, su negativa a someterse a un debate de investidura como le invitó el Rey.

¡Cómo hemos cambiado!

En la mañana del 2 de marzo me he dispuesto a seguir, por televisión, el debate de investidura de Pedro Sánchez. He curioseado por los diferentes canales (su programación) hasta que empezara la retransmisión desde el Congreso de los Diputados; sabía, porque llevan un mes anunciándolo, que todos retransmitirían o comentarían las réplicas/contrarréplicas y votaciones, que todos alterarían de un modo u otro sus programas, pero me ha llamado especialmente la atención uno, que demuestra lo mucho que hemos cambiado los españoles y España: la cadena 13 TV retransmite todos los días de 11 a 11:40 la Santa Misa y hoy la estaba difundiendo a partir de las 8 de la mañana. Y anuncian una edición especial del programa “Más claro agua” hasta las 2 de la tarde.

En defensa de la libertad de enseñanza

Ultimamente está teniendo lugar un aluvión de declaraciones sobre temas relacionados con la enseñanza (la asignatura de la religión por un lado y “la agresión a la red publica favoreciendo a la iniciativa privada en todos los tramos educativos” por otro).

¿Por parte de quién? Pues por parte de quienes ven frenados sus objetivos estatalizadores iniciados por gobiernos anteriores, que por diversas razones (de tipo financiero, constitucional, etc) no pudieron llevar a cabo de forma tajante, pero si elaborando y aplicando leyes que desbrozaban el camino, cambiaban mentalidades y ampliaban lenta pero inexorablemente el sector estatal y permitían el objetivo de la creación de un sistema escolar público, único y laico.

Marzá cita al Papa

El pasado lunes, el conseller de Educación y Cultura, el castellonense Vicent Marzà, comenzó su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea aludiendo a unas palabras del Papa Francisco sobre la corrupción, calificándola como “cáncer social”. Luego, Marzà repasó las cuestiones que afectan a tan importante Consellería. Un recurso de oratoria es intentar captar la atención al comienzo, con alguna idea sugerente e impactante. Que empezase con una cita del Papa, precisamente Marzà, sorprendió al auditorio, pero a mí me parece bien, porque el Papa es una referencia moral mundial y la corrupción en España está tan extendida que ocupa buena parte de las páginas diarias de los periódicos y auténticos bloques informativos en las televisiones, prensa digital y radios.

El sentido común que pide Fernando Roig para formar Gobierno

Fernando Roig tiene derecho a pedir sentido común a la hora de establecer pactos de Gobierno en España, porque es un empresario con un probado sentido común, al frente de su empresa PAMESA y del Villarreal, C.F.

Ha pedido sentido común en estos momentos cruciales para formar pactos que faciliten un gobierno en España, y recuerda que en estos tres últimos años se ha impulsado una mejoría económica evidente en nuestro país y el paro sigue bajando con datos esperanzadores.

El problema es saber qué entiende Roig por “sentido común”, aunque ha dado algunas pistas con esas afirmaciones. Si la situación económica está mejorando, parece que la política anunciada por el PSOE y Podemos de aumentar los impuestos y gastar más puede chocar con esa línea de sentido común que apunta Roig, y no solamente él.

Muerte a tópicos agonizantes

El Estado es administrador y no propietario de un dinero que es de todos. Y si es de todos, ha de ser también para todos.

DECIR: “EL DINERO DEL ESTADO PARA LAS ESCUELAS DEL Estado” es un sofisma irracional. Es el disfraz de una actitud TOTALITARIA.

Aunque parezca verdad, no es verdad.

La verdad más elemental es ésta: “el dinero de las familias, para las escuelas que prefieran las familias”

Las amenazas a la libertad de enseñanza, siempre persiguen un objetivo. LA ESCUELA única es el objetivo. Llámesela como se quiera : ESCUELA ESTATAL, PÚBLICA, PLURALISTA, LAICA, GESTIONADA “DEMOCRÁTICAMENTE” … Eso es lo de menos.
Lo cierto es que se suprime la libertad de los padres con un acto de VANDALISMO EDUCATIVO.

“Éste es -dice Ortega- el mayor peligro que amenaza a la civilización: la estatificación de la vida”, la absorción por el Estado de los individuos, las familias, los grupos sociales.
No es ético desentenderse ante la libertad de enseñanza.

Corrupción nauseabunda

Resulta difícil respirar en estos momentos. Y no sólo respirar, sino hablar, por la dimensión que alcanza la corrupción política en España. La “Operación Taula”, contra dirigentes del PP en Valencia, asesores, empresarios y arquitectos, se suma a otros casos de corrupción en estos años, que salpica casi por todas partes, con los EREs de Andalucía, la financiación de CiU y la fortuna de los Pujol. Produce asco, náuseas.

Es una tentación evidente considerar la corrupción política como algo inseparable, inevitable, de la política. Unos han accedido expresamente a la política para “forrarse” – dicho por ellos mismos – y otros se han ido subiendo al carro una vez en la política, al comprobar lo fácil que resultaba enriquecerse a costa de los demás, porque si un político roba nos está robando a todos.

Felipe González cuadra a Pedro Sánchez

El expresidente del Gobierno Felipe González ha cuadrado, en toda regla, a Pedro Sánchez, al decantarse claramente por un gobierno del PP y Ciudadanos, con la abstención del PSOE. Tal es el desbarajuste que González observa que ha decidido mojarse, y probablemente decantar la decisión final del PSOE, aunque no coincida con la que quiere Pedro Sánchez.

La fórmula que propone González es lógica, y probablemente expresa el sentir mayoritario, ante el peligro que supone para el propio PSOE pactar con Podemos, y sobre todo tras el estilo de Iglesias de querer presentarse como líder organizador de un pacto.

El panorama político actual en España puede calificarse de muchas maneras, pero de modo especial en el caso del PSOE. Con los peores resultados de su historia a nivel nacional en las pasadas elecciones del 20-D, lo que estamos viendo es un afán de Pedro Sánchez por ser presidente del Gobierno a costa de lo que sea, y una auténtica convulsión dentro del PSOE ante ese planteamiento irresponsable.

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