Europa

 

¿Qué mal ha hecho el cristianismo, para que lo desprecie Europa?”
(Juan Pablo II en Compostela)

En efecto, muchos europeos nos preguntamos en la actualidad si Europa es consciente de sus verdaderas raíces cristianas y si sus políticos -pasando de esa realidad histórica- miran hacia otro lado, olvidando sus orígenes cristianos, los de la Europa evangelizadora del mundo con el descubrimiento de América por España, de sus misioneros en los cinco continentes, de la Europa de sus innumerables mártires y santos como San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, San Agustín, Santo Tomás Moro… de las numerosas y continuas peregrinaciones a Santiago, Roma y Jerusalén, capitales de la cristiandad. Como si viviéramos un cristianismo no practicante, distante, como si Belén, Fátima, Lourdes, el Pilar, Covadonga… los Santos Lugares y ciudades citadas estuvieran en la Patagonia.

El fraude electoral del Frente Popular (Febrero 1936)

La verdad histórica se va imponiendo a través de la investigación seria y rigurosa. Investigación que pone en evidencia la frivolidad rencorosa de la llamada memoria histórica de Zapatero y no solo de Zapatero…

Aquel catorce de abril del año mil novecientos treinta y uno se proclamó la Segunda República. Una República que pudo traer la esperanza política para muchos españoles. Mentes preclaras de la intelectualidad española contribuyeron a este logro. Bastaron unos meses de andadura para que muchos españoles se percataran con tristeza que aquella no era su República. Uno de aquellos intelectuales, Ortega y Gasset, con amargura sentenció: “No es esto, no es esto…”.

Efectivamente no era la suya una Republica que atacaba los mismos principios constitucionales republicanos de la tolerancia y de la libertad de conciencia. Una Republica cuyo objetivo, sin embargo, era el exterminio de la misma Religión Católica, que acontecimientos trágicos posteriores vendrían a demostrar.

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