Las adolescentes preocupan

Las adolescentes preocupan a toda la sociedad en estos momentos. Es una edad crucial, de habitual rebeldía, de descubrimiento humano, de inicio de afirmación de la personalidad, y por eso siempre ha habido en los adolescentes elementos de fluctuación, que preocupan a familias, docentes y ámbitos diversos de la sociedad.

Dos hechos elevan la preocupación actual: los comas etílicos entre las adolescentes y su renuncia a denunciar la violencia machista. Algo grave está pasando, y no sería justo atribuirlo a las adolescentes únicamente, sino a quienes intervienen en su formación y desarrollo, especialmente las familias.

Elogio del silencio

He de reconocer que estas líneas están inspiradas en un viaje reciente de Valencia a Madrid, en el vagón de “Silencio” del AVE. En ese tiempo de 100 minutos, da tiempo para pensar, escribir, leer o, quien lo desea, descansar sin más.

Una cultura que se caracteriza por el ruido, la velocidad y la prisa parece pedir, cada vez más, un espacio mayor para el silencio. El éxito del vagón del AVE es una prueba.

Hace años, leí un pensamiento que me hizo mella: el ruido no hacen bien, y el bien no hace ruido. Pienso que no es una defensa del ostracismo ni el aislamiento social, sino una consideración que pide un espacio propio para el silencio en la vida de todas las personas, y no sólo de poetas o artistas que insisten en la necesidad de tener ocasión de disfrutar del silencio, para reflexionar e inspirarse, en casa, en la playa, en el monte o en cualquier lugar, porque el silencio puede estar… hasta en el AVE.

La civilización decadente (4ª parte)

El signo más claro de la decadencia moral de una sociedad es la decadencia de sus ideales, y tal parece ser la actual situación de las sociedades de Occidente. Ese aparente dinamismo, esos cambios bruscos en las ideas y en las costumbres que todos experimentamos no son signo de vida y de crecimiento, sino de todo lo contrario. Pocos se paran a meditar sobre tan formidable cambio social, y es muy importante que lo hagamos. ¿A dónde vamos, qué horizonte vamos a encontrar tras la implacable destrucción de principios y de costumbres? Las revoluciones destruyen para construir de nuevo; pero si sólo nos ofrecen en recambio un horizonte vacío, hemos de concluir que nos llevan al suicidio. Porque es esto lo más importante a la hora de juzgar el tan traído y llevado «progreso» de nuestra sociedad: se puede progresar hacia arriba, hacia una superación histórica, y se puede progresar hacia abajo, hacia la muerte por inanición del espíritu.

Rita Barberá, descanse en paz

rita barberáLa noticia de la muerte de Rita Barberá corrió como un reguero a primera hora de la mañana de ayer. Se sucedieron reacciones y declaraciones de todo tipo, algunas de los cuales me parecen inhumanas, como el hecho de que los diputados de Podemos se ausentaran del hemiciclo para no guardar un minuto de silencio: al menos, Antonio Montiel, el líder de Podemos en la Comunidad Valenciana, sí estuvo a la altura, al igual que Compromís.

“La teoría sueca del amor”

El pasado año se estrenó el documental “La teoría sueca del amor”, un trabajo cinematográfico que analiza la soledad que se vive en el país del Estado del bienestar y que hace unas semanas se proyectó en La Cineteca (Madrid) como parte de la programación de El documental del mes.

En este documental, el cineasta Erik Gandini recorre el camino que ha realizado el país escandinavo hacia su ideal de independencia y señala los inesperados e infelices resultados de este viaje, al tiempo que desvela el verdadero secreto de la felicidad.

Uno de cada dos suecos vive solo. Uno de cada cuatro suecos muere solo…. Y nadie reclama su cuerpo. La persecución del ideal de independencia, que se inició con un manifiesto político en 1972 (la familia del futuro: una política socialista para la familia), se ha conseguido. Los resultados, sin embargo, no son los esperados.

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