Están nerviosos. Ya tienen su nuevo “Prestige”, su nuevo “15 M”. La crisis ha sido un gran estímulo para sus ansias revolucionarias. Si Mariano Rajoy consigue enderezar la economía y cumplir alguna de sus promesas electorales, estos señores revolucionarios nuestros tendrán que pasar por los quirófanos cardiacos. No podrán resistir el disgusto.
Todo está muy bien calculado. Agitación, agitación y más agitación. Y si algún policía se pasa un poco de la raya, el regalo está servido: ya tendrán su mártir. Su añorado mártir.
No importa que en Portugal la crisis sea mayor que la nuestra y que nadie pretenda un cambio de régimen. Y que lo mismo suceda en Italia, en Francia, en Irlanda, etc. Ellos lo que quieren es aprovecharse de este momento de desánimo nacional para traer “su República”, digo que sea la “suya” porque nunca han pretendido que fuera la de todos.