Un SEPE (INEM) que indigna y avergüenza
Día de ilusiones el de hoy, con ciudades y pueblos recibiendo a los Reyes Magos. Hay sueños y peticiones de niños, y también de mayores.
Cada uno tendrá su petición o sus peticiones, según su situación y la de su familia. Pero probablemente el anhelo mayoritario es que haya más empleo y de mejor calidad, para así dignificar la vida integral de los trabajadores y de sus familias, por las que sufre mucho más que por las privaciones o dificultades personales: se sufre más viendo sufrir a los que uno quiere que sufriendo uno mismo dificultades y penurias.
Desde luego, lo económico no es lo prioritario en la vida de la mayoría, pero el hecho de tener trabajo y de tenerlo con un mínimo de calidad permite trazar planes, proyectos vitales.
Cerramos 2016 con el mayor descenso histórico del paro y con el mayor número de altas en la Seguridad Social de nuestra historia. Buen dato, pero no para tocar las castañuelas, pues los millones de parados pesan a todos. “La mayor empresa de España”, me decía uno que ha pasado a engrosar la lista de parados.