LAS EUROPEAS
Valorar los resultados de unas elecciones es un ejercicio complicado pues depende en gran parte de las expectativas que se hubieran creado. En este caso, en las europeas recién celebradas se había llegado a barruntar que el PP rebasaría al PSOE en diez puntos y en más de 15 escaños.
Se había llegado a tal conclusión sobre la base de que un presidente que hubiera cometido tal cúmulo de tropelías como regalar la soberanía del Sahara, malquistarnos con Argelia y de paso también con Israel, Argentina e Italia, premiar a Hamas con el reconocimiento de una Palestina que aún no es un Estado, amnistiar a los golpistas catalanes, tener a la familia más próxima investigada por tráfico de influencias y por evasión fiscal, por fuerza tenía que llevar al Presidente y a su partido a una hecatombe electoral. Tendría sentido en la mayor parte de democracias pero ya sabemos que Spain is different y que unos cuantos millones de españoles votarían a Begoña y a su marido aunque -como decía Tramp- se liaran a tiros con los paseantes por la Gran Vía madrileña.