Una moción inútil y sintomática
La moción presentada por Vox, desde el principio, me pareció inútil. Y presentar como candidato a Ramón Tamames me pareció incoherente, fuera de lugar.
Presentar una moción tiene que tener una posibilidad para gobernar, no ser un circo de exhibición y propaganda. Servirse de un mecanismo institucional tan groseramente no lo comparto. Además, si Santiago Abascal buscaba un rédito electoral, me parece que se ha producido lo contrario. El electoralismo desproporcionado aleja a los votantes. Y encima un candidato sordo, de chiste.
Por tanto, la moción me ha parecido inútil y, a la vez, sintomática del tipo de políticos que tenemos en España, que –como en el caso de Abascal– nos llamó a los periodistas enviados del Ibex 35 y títeres, por simplificar sus penosas palabras.