Nuevo curso político
Hay algo de infantil en esto de la política y es que cada año, cuando llega el verano, los políticos, como los niños, se van de vacaciones. Cierran los Parlamentos, los Ministerios quedan a medio gas, Sánchez se pasea por los palacios patrimonios del Estado, los medios informativos se adormecen y aquí parece que no ha pasado nada.
¡Y vaya si ha pasado! Nos hemos quedado colgados de numerosos escándalos sin resolver -el Tito Bernie, el Koldogate, los ERE andaluces, la amnistía-. Y no es que en julio y agosto no haya habido líos: los paseos de Puigdemont por Barcelona, Illa conquistó la Generalitat, Cataluña consiguió una financiación singular, las Canarias se inundaron de inmigrantes siendo España el principal destino de las pateras una vez Italia y Grecia han aplicado políticas restrictivas en esta materia.
Los escándalos de la familia Sánchez no encuentran límite, después de las fechorías de Begoña y David aparecen nuevos nepotismos protagonizados por la cuñada japonesa del presidente y por el respetado padre de éste. ¡Vaya familia!