El festival reggae Rototom, que está celebrándose en Benicàssim, necesita una revisión por parte de sus organizadores, para que sea un festival musical sin connotaciones políticas, y mucho menos partidistas a favor de un único partido, que es Podemos: es la “casta” que se instala y aprovecha de un enfoque equivocado en un festival musical; luego califican como “casta” a otros partidos políticos, pero se ve que le gusta y se siente cómodo como partido único.
Rototom quiere ser algo más que un festival, de modo que los ocho días sean también un estímulo en la conciencia social, debatiendo aspectos culturales y de estilos de vida. Es una opción legítima, pero los partidos políticos no deben entrar como protagonistas en el Rototom. Habrá quien argumente que “política” es todo cuanto afecta a la sociedad, haciendo honor a su etimología griega de “polis” (ciudad), pero no debe ser un festival que se constituya en altavoz de un único partido político.