Feminismo auténtico
Siendo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, siento el impulso de aportar mi grano de arena al debate del feminismo. Si hay algo que me repele de verdad, es el temor de algunos a opinar sobre esta materia, por temor a discrepar o a herir a alguien: por esa vía, se acabaría la libertad en muchos otros debates. Hay que reconocer que algunas y algunos se creen poseedores del auténtico feminismo –por ejemplo Irene Montero-, pese a sus conocidos errores, en los que se autoafirman, incluso atacando o provocando a los que discrepan. Se pretende imponer una concepción del feminismo que se basa en sospechar o incluso culpar al varón “a priori”: un antagonismo mujer-hombre que lleva al enfrentamiento sistemático, en vez de enjuiciar serenamente realidades y mejoras.