MÚNICH, PARÍS, NUEVA YORK, RIAD
La invasión de Ucrania (les recuerdo que se trata del país más grande de Europa, el doble que Alemania), por Rusia (el país mayor del mundo, 35 veces superior territorialmente a España) fue el acto más ignominioso del siglo y el más grave desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con unas cifras de víctimas que superan el millón y medio de personas y con una destrucción inmobiliaria que nos retrotrae a las peores guerras del siglo pasado. Un conflicto que ha violado los principios de la ONU, del Acta Final de Helsinki y todos los planes de paz post bélicos. No es de sorprender, por tanto, que algunos de los centros neurálgicos del mundo se hayan movilizado para intentar reconstruir el maltrecho orden internacional.
El primero de ellos fue la 61º reunión de la Conferencia de Seguridad de Múnich que reúne a más de sesenta líderes del mundo en esta ocasión para tratar la cuestión de la paz en Ucrania, que avanzó sin gran éxito ya que no se trataba probablemente ni del foro ni del contexto adecuado.