Citas médicas
Reconozco que escribo estas líneas notablemente impresionado por una simple llamada telefónica a un hospital de una provincia pequeña: el Hospital Obispo Polanco, en Teruel. Quería hablar con un amigo que había sido operado. Marqué el teléfono, que inmediatamente sonó, y me preguntó una voz grabada que, si conocía la habitación, que marcara el número de habitación, y es lo que hice. Y se puso mi amigo al teléfono, para alegría de los dos, pues todo había ido muy bien. La llamada me supuso, por tanto, unos segundos, con una profesionalidad que se agradece, porque otras veces no sucede.
Estamos hartos de llamar a centros de salud, hospitales, u otras instituciones de diversa índole que, más que prestar un servicio telefónico rápido y de calidad, nos genera pérdida de tiempo, enfados. ¡El colmo es cuando estás en recepción de un centro de salud, oyes que suena el teléfono, y ninguna de las dos personas que están en ese momento en la centralita coge el teléfono! O en otras entidades te dicen que está almorzando la persona que lleva el asunto en cuestión.