La voluntad debilitada
Uno de los rasgos distintivos de la personalidad del hombre postmoderno y que nos permite entender, desde su misma raíz, muchas de las enfermedades morales de nuestro tiempo, es el debilitamiento progresivo de la voluntad, la facultad del espíritu que hoy se encuentra lamentablemente atrofiada. El hombre postmoderno es un hombre atiborrado de estímulos, de sensaciones, de deseos, pero carece de fuerza de voluntad: está como predeterminado para decir sí a cualquier sensación que le solicite e incapacitado para decir no a las tentaciones que le vienen de fuera o de dentro de sí mismo. Dice Max Scheler que esta capacidad de decir “no” mediante la voluntad es lo que distingue al hombre del animal y la manifestación más clara de que es espíritu.