Protestas citrícolas
Los que vivimos en Castellón nos alegramos o sufrimos con los avatares del sector citrícola. Tenemos amigos o conocidos que trabajan en el sector, y las incidencias nos llegan casi cada día. Cada campaña la sentimos propia, ya que decenas de miles de puestos de trabajo dependen de cómo se desarrolla. Y este año está siendo más que ruinosa, por un cúmulo de circunstancias, algunas imprevisibles –la climatología de este otoño, con un calor excesivo y luego lluvias que provocaron graves pérdidas– y otras previsibles, como es la competencia desleal de naranjas importadas de países africanos, especialmente Sudáfrica.