El gobierno de Rajoy que hoy conoceremos

Se dice que todos llevamos dentro un seleccionador de fútbol y un presidente del Gobierno. Con Rajoy es mucho más complicado acertar, pero voy a arriesgar.

En la formación del Gobierno que está previsto que hoy sepamos, hay unas coordenadas que sirven para especular: lograr cierto consenso con Ciudadanos aunque no entre nadie del partido de Rivera en el Gobierno, el problema de Cataluña, lograr una cierta “apertura” incorporando a algún independiente, y tener a la vista la necesaria renovación del PP con gente joven.

Con Albert Rivera es muy factible que deshoje la margarita con algún ministerio y nombre, con la habilidad de tantearle con varios nombres posibles que a Rajoy parezcan todos bien, y que Rivera se decante por alguno de ellos. Descarto totalmente que haya en el Gobierno alguien de Ciudadanos, aunque a Rajoy le interesaría, ya que las críticas que vaya recibiendo ya no estarían polarizadas en el PP solamente, pero a la vez a Rivera no le interesa, porque habrá un desgaste, que no le interesa.

Apunts històrics del teatre valencià, i (V)

El naiximent del segle XIX dugué aparellada la construcció del més important coliseu que mai hi hagué, ni en acabant hauria, en Valéncia.

En terrenys que en temps passats ocupara la célebre institució “El Centenar de la Ploma”, pertanyents a l’antic Hort dels Transits junt a l’actual carrer de les Barques, es proyectà construir un teatre a expenses de l’hospital, el qual vinguera a cobrir les necessitats d’un lloc d’espectàculs concordant en la categoria de nostra ciutat; i d’esta manera, baix la direcció dels arquitectes don Salvador Escrig i don Cristòfol Sales s’escomençaren les obres de l’actual Teatre Principal. El 14 de giner de 1808 fon colocada la primera pedra, fent-se tot seguit uns robusts fonaments i continuant l’obra en total diligència, fins que quatre mesos més tart, es manifestà el pronunciament dels valencians contra les forces invasores napoleòniques, i per supost es detingueren les obres.

Vergüenza periodística

He sentido vergüenza como periodista en más de una ocasión. No quiero acostumbrarme a deficiencias de nuestro trabajo, amparándome en que es un trabajo difícil. Nos llegan informaciones parciales, interesadas o tergiversadas con fines variopintos, que van desde el afán de notoriedad a la perversidad de hacer daño o buscar beneficios profesionales. Es nuestra “jungla”.

Con todas esas dificultades hemos de desarrollar nuestro trabajo, que muchas veces presta un gran servicio a la sociedad, pero que en otras ocasiones –por superficialidad o ligereza, por el afán de titulares aunque no respondan a la realidad, o por la causa que sea– nos obliga a ser autocríticos y reconocer errores. Todo profesional debe hacerlo. Sin ingenuidades ni utopías, no valen excusas, pues anda en juego nuestra credibilidad, la razón de ser del periodismo, que es informar, y no “desinformar”. Reglas de oro en el periodismo: documentarse con rigor, escuchar a las diversas personas implicadas en una información, y respetar la profesionalidad.

El preocupante populismo de Pablo Iglesias

Pienso que la afirmación de Pablo Iglesias de que el momento de abandonar el populismo es cuando se llega al poder, efectuada el pasado 6 de octubre, es preocupante para sus propios votantes y para todos. Y muy ilustrativa.

Podemos es populista, radical, se nutre del descontento, y no esconde sus deseos de acabar con el bipartidismo en España, desbancando al PP y al PSOE. Cuando se profundiza un poco en sus propuestas, aparece como gran receta subir los impuestos y una mayor lucha contra el fraude fiscal, como gran solución para la recuperación económica y laboral.

Sin embargo, si reconoce que el populismo es un mero instrumento para llegar al poder, sus propios votantes deberían pensárselo mucho. Del descontento, el insulto y el desprecio, poco se puede extraer para construir algo. Y lo que Iglesias tiene en la cabeza es servirse de la democracia, de mucha gente que quiere un cambio, para gobernar sin el apoyo democrático, con un totalitarismo que, al menos, es preocupante.

Apunts històrics del teatre valencià (IV)

Vista la bona acollida que el “Teatre de Sant Narcís” tingué per part de la ciutadania, no passaren molts anys sense que es crearen nous locals d’exhibició en Valéncia. Ignorem si els següents teatres foren oberts en permís de la Diputació, al temps que el primitiu encara donava funcions, o lo més provable és que estos es construïren a partir de 1586, data en que passà a ocupar el lloc del teatre i de la Confraria la presó de la ciutat, traslladada allí en motiu del greu incendi ocorregut en la Casa Consistorial. Lo ben sabut és que el teatre desaparegué, i la presó, com ell, prengué el nom de Sant Narcís.

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