Si el 60% de los votantes socialistas no se fía de Pedro Sánchez, los no votantes tienen más motivos para no fiarse. Más que inquietante.
La encuesta del CIS del pasado 8 de mayo arrojaba ese dato llamativo sobre la desconfianza que Pedro Sánchez genera en los propios votantes socialistas. Otro dato, para mí de menor entidad, es que es el líder peor valorado, cuando en la anterior encuesta del CIS era Pablo Iglesias.
Que el tercer partido, el PSOE, se atreva a presentar la moción de censura pone muy en tela de juicio su peso y fuerza. Pero curiosamente su fuerza es precisamente su debilidad: Pedro Sánchez quiere llegar a la Moncloa como sea, con los apoyos que vengan de donde vengan, porque su “ego” puede más que la estabilidad, argumentando que hay que echar a Rajoy sea como sea, al precio que sea. El fin justifica los medios, una vez más, en políticos como el secretario general del PSOE, y lo está demostrando de nuevo estos días.