Teodoro Llorente, UN CATETO en la Barcelona prenazi
La carta en que Teodoro Llorente despreciaba al valenciano de la ciudad de Valencia, “habla corrompidísima», fue algo esperado por su adicción a aquelarres expansionistas como el Congrés de la Llengua Catalana de 1906. La precipitada opinión del airado poeta es esgrimida actualmente por el fascismo colaboracionista para incrementar nuestro complejo de inferioridad, hándicap que nos deja indefensos. El juez de la horca Llorente sentenciaba:
«Hay que advertir que donde peor se habla el valenciano es en Valencia… no sería buen criterio tomar por norma el habla corrompidísima de la capital” (Teodoro Llorente, en Museros, 22 de septiembre de 1908)