Defender el castellano
Que el lector juzgue: ahora mismo, en la enseñanza quienes eligen el castellano en la Comunidad Valenciana el castellano está presente en un 23,3% y el valenciano en un 44%. Y ahora estas cifras van a subir a un nivel de valenciano alrededor del 65%, mientras que el castellano sólo tendrá el 25%. Es una discriminación injusta del castellano.
Por mucho que se empeñe la Consellería de Educación, su empeño en imponer el valenciano es una injusticia, por mucho que se empleen eufemismos como “fomentar el valenciano”, “el castellano lo saben todos, mientras que el valenciano no”. Si alguien desea una enseñanza en castellano y encima es una mayoría, la ignorancia del valenciano no es una justificación para imponerlo. Es un atentado contra la ley, que establece la cooficialidad de ambos idiomas, y contra la democracia: no hay paliativos que sirvan, se atenta contra la pluralidad, y no cabe el silencio ni el cansancio.

Estoy de acuerdo con Mariano Rajoy: faltan gobernantes. Se está demostrando en el futuro de las pensiones, tratado con falta de previsión y ocurrencias.
1.- Procede de Kenia. Al parecer pertenece a la noble y aristocrática tribu de los masai. El color de su piel es intensamente negro. Tiene unos ojos grandes y hermosos que ennoblecen sus facciones africanas. No sé como se llama, pero sé que se gana la vida de vendedor ambulante. De vez en cuando acudia a “La peonza”, en la calle Peñíscola y la dueña, Juani, le obsequiaba con algún refresco y con un ratito de acogedora conversación. ¿Y saben de que le habla este joven masai a Juani?. Le hablaba con una gran añoranza de su familia, de su madre y de su padre, y de sus hermanos. Y le contaba que su gran ilusión es ganar el dinero suficiente para aliviar la pobreza de su familia.