Los nuevos movimientos contestatarios

Uno de los aspectos de la llamada “cultura de la postmodernidad” en la que estamos inmersos, es la proliferación, verdaderamente notable, de movimientos de ideología contestataria: desde ecologistas hasta “okupas”, las organizaciones que se oponen al “sistema” se cuentan por decenas y ya forman parte del habitual paisaje cultural y político de nuestro tiempo. La contestación social pertenece a la misma esencia de la historia humana, y es perfectamente natural que existan acusadores radicales y activistas extremos en el seno de una misma sociedad. Pero es significativo que estos movimientos contestatarios hayan surgido con fuerza en los últimos quince años, inmediatamente después de la caída del muro de Berlín y del desmoronamiento del mundo comunista. Ya no intentan cambiar revolucionariamente la sociedad, porque la revolución ha fracasado en todo el mundo, pero sí intentan desgastar el sistema haciendo un frente de constante lucha allí donde existen especiales problemas o conflictos.

La estupidez que nos invade

Cuando se ven muchas manifestaciones de la gente, tal como a diario aparecen en los medios de comunicación, las personas sensatas no pueden menos que indignarse, no tanto por las inmoralidades que les es dado a contemplar, cuanto por las estupideces que tienen que padecer. Palabras y comportamientos estúpidos son parte de la condición humana, por supuesto, pero una característica de nuestro tiempo es hacer de la estupidez un derecho que se ejerce diariamente, sin control ni autocontrol, a través de los medios, pues esta es la forma en que entendemos la democracia.

Insumisión

“Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda” (Martin Luther KING).

Como decía anteriormente al hablar de la “indiferencia”, muchos piensan si en la actualidad hay bastante gente que se pregunta si la indiferencia es la solución, el gran escudo que con frecuencia el hombre se da a sí mismo para “pasar” y protegerse de los problemas de su tiempo, para no resolverlos, para no complicarse la vida ni comprometerse con nadie, para disfrutar plenamente de su libertad.

Muere Elie Wiesel, voz del horror del Holocausto

Artículo periodístico extraído íntegramente de LIBERTAD DIGITAL

Elie WieselElie Wiesel, premio Nobel de la Paz en 1986 y una de las voces más elocuentes para describir los horrores del Holocausto judío, murió este sábado en su casa de Nueva York, a la edad de 87 años.

Diversas fuentes próximas al autor de La Noche confirmaron en Israel y en Estados Unidos el fallecimiento del superviviente de Auschwitz, nacido rumano y quien desde 1955 vivía en la costa este de Estados Unidos, cuya ciudadanía adoptó en 1963.

No se tienen detalles sobre su fallecimiento y quién lo acompañaba en el momento del deceso. Wiesel estaba casado con la austríaca Marion Rose, superviviente de Auschwitz como él.

Políticamente incorrecto

En esta última década, el periodismo ha puesto en circulación una palabra para calificar aquellas ideas que son aceptadas o rechazadas por el sentir político y social automáticamente, sin necesidad de reflexión o valoración racional alguna: lo “políticamente correcto” o lo “políticamente incorrecto”. Decir que tal o cual opinión no es políticamente correcta, equivale a decir que suscita escándalo y rechazo en el pensamiento mayoritario e impositivo de nuestra sociedad. Es un calificativo muy acertado, ciertamente, porque hoy la política tiende a invadirlo todo, inclusive el ámbito íntimo y autónomo del pensamiento de las personas. Y ello puede ser letal para el ejercicio de la verdadera democracia.

Cuando una determinada idea resulta “correcta” o “incorrecta”, quiere ello decir que, de hecho, se ha impuesto en la sociedad una ideología totalitaria, a pesar de que se proclame el principio sagrado del pluralismo, y que, también de hecho, la libertad de pensamiento se encuentra restringida en su ejercicio, por más que se diga continuamente lo contrario.

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