Vergüenza periodística

He sentido vergüenza como periodista en más de una ocasión. No quiero acostumbrarme a deficiencias de nuestro trabajo, amparándome en que es un trabajo difícil. Nos llegan informaciones parciales, interesadas o tergiversadas con fines variopintos, que van desde el afán de notoriedad a la perversidad de hacer daño o buscar beneficios profesionales. Es nuestra “jungla”.

Con todas esas dificultades hemos de desarrollar nuestro trabajo, que muchas veces presta un gran servicio a la sociedad, pero que en otras ocasiones –por superficialidad o ligereza, por el afán de titulares aunque no respondan a la realidad, o por la causa que sea– nos obliga a ser autocríticos y reconocer errores. Todo profesional debe hacerlo. Sin ingenuidades ni utopías, no valen excusas, pues anda en juego nuestra credibilidad, la razón de ser del periodismo, que es informar, y no “desinformar”. Reglas de oro en el periodismo: documentarse con rigor, escuchar a las diversas personas implicadas en una información, y respetar la profesionalidad.

El preocupante populismo de Pablo Iglesias

Pienso que la afirmación de Pablo Iglesias de que el momento de abandonar el populismo es cuando se llega al poder, efectuada el pasado 6 de octubre, es preocupante para sus propios votantes y para todos. Y muy ilustrativa.

Podemos es populista, radical, se nutre del descontento, y no esconde sus deseos de acabar con el bipartidismo en España, desbancando al PP y al PSOE. Cuando se profundiza un poco en sus propuestas, aparece como gran receta subir los impuestos y una mayor lucha contra el fraude fiscal, como gran solución para la recuperación económica y laboral.

Sin embargo, si reconoce que el populismo es un mero instrumento para llegar al poder, sus propios votantes deberían pensárselo mucho. Del descontento, el insulto y el desprecio, poco se puede extraer para construir algo. Y lo que Iglesias tiene en la cabeza es servirse de la democracia, de mucha gente que quiere un cambio, para gobernar sin el apoyo democrático, con un totalitarismo que, al menos, es preocupante.

Apunts històrics del teatre valencià (IV)

Vista la bona acollida que el “Teatre de Sant Narcís” tingué per part de la ciutadania, no passaren molts anys sense que es crearen nous locals d’exhibició en Valéncia. Ignorem si els següents teatres foren oberts en permís de la Diputació, al temps que el primitiu encara donava funcions, o lo més provable és que estos es construïren a partir de 1586, data en que passà a ocupar el lloc del teatre i de la Confraria la presó de la ciutat, traslladada allí en motiu del greu incendi ocorregut en la Casa Consistorial. Lo ben sabut és que el teatre desaparegué, i la presó, com ell, prengué el nom de Sant Narcís.

El tripartito se tambalea

El tripartito valenciano se tambalea tras la posición de Ximo Puig de abstenerse para favorecer el gobierno de Rajoy, pero con ello contaba ya el líder socialista. Ha podido más en Puig el apoyo a la postura de Susana Díaz, la líder real ahora en el PSOE y en los próximos años, y el Molt Honorable es un experimentado equilibrista, que ha sobrevivido a mil batallas, y se ha decantado por el caballo ganador. A ciencia cierta, no sé si realmente Puig es partidario de la abstención, simplemente ha tomado partido por la corriente dominante en su partido, y así se garantiza muchas cosas.

Toda decisión de Ximo Puig, como la de todo miembro del comité federal, era mala para él y para su partido, con múltiples secuelas. La fractura en el PSPV es evidente, y Puig tiene una larga tarea por delante, pero de la que estoy convencido que saldrá airoso.

Mi querido amigo Cura

Lo veo celebrar la Santa Misa con una devoción conmovedora. Es joven, alto, atlético, le gusta el fútbol con pasión, y, a veces, tiene que medir su impulso porque es un “culé” impenitente y demasiado vehemente, aunque le cueste disimularlo ante los feligreses de otras simpatías deportivas. Antes de sentir la fuerte llamada de Dios, estudiaba en la Universidad, formaba parte del equipo de fútbol universitario, terminó su licenciatura y su doctorado en Derecho. Se le presentaba un futuro prometedor, como dice con cierta cursilería la gente de la calle. Tenía una novia encantadora y con ella forjaba sueños y más sueños. (Un día me enseñó su fotografía y, en efecto, era una muchacha muy bonita).

¿Subimos o bajamos?

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino” (Gabriela Mistral)

Camino o senda, autovía o carretera, elementos constitutivos que forman la gran red de comunicaciones por las que circulan las “conductas humanas”, que a lo largo de la historia la humanidad ha utilizado en la conquista de las ideas, de sus victorias o derrotas en la transmisión de sus culturas o en el avance sucesivo en su civilización y que en definitiva marcan las vidas y el destino futuro de sus países. Se trata de subir o bajar por unos “caminos” personales o colectivos aparentemente invisibles; son los caminos ético-morales a los que en cabecera señala Gabriela Mistral y que pueden influir en las conciencias, planteamientos y decisiones de las sociedades en que vivimos.

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