La inquietud radical humana
La filosofía sobre el hombre es el tema recurrente de la mitología griega, y en el Mito de Sísifo, título de un famoso ensayo de A. Camus, podemos ver una dramática alegoría de la inquietud y trabajos de la condición humana. Sísifo fue condenado por los dioses a perder la vista y a empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre, y así indefinidamente. Tal es la condición humana: con el fin de alcanzar la ansiada paz y felicidad, hacemos de nuestra vida un esfuerzo y sacrificio constantes hacia esa meta; pero nunca lo logramos, y nuestra inquietud jamás queda saciada. El ser humano es radical y constitutivamente un ser inquieto, esto es, un ser cuyos pensamientos y deseos se orientan a una meta inalcanzable en este mundo, y aunque seamos conscientes de ello, estamos condenados a seguir anhelando y trabajando hacia ese objetivo.