ROGLE 192, setembre 2022
EDITORIAL
L’illegalitat de la llengua valenciana
En Valencia patim una de les situacions llegals mes absurdes del mon mundial. Resulta que hi ha una forma llegal i una atra illegal d’escriure una llengua.
EDITORIAL
L’illegalitat de la llengua valenciana
En Valencia patim una de les situacions llegals mes absurdes del mon mundial. Resulta que hi ha una forma llegal i una atra illegal d’escriure una llengua.
En l’argot periodistic es denomina aixina una noticia que sent secundaria o terciaria passa a primer pla per l’absencia de fets mes destacables segons criteris periodistics o empresarials. Es el cas de l’eterna polemica del bou embolat, les imprudencies i les victimes mortals.
En el que se suponía fantástico siglo XXI, el siglo de la modernidad, en el que íbamos a dejar atrás la “barbarie” del XX, resulta que la “masa sucia” va, sin embargo de catástrofe en catástrofe, sin una explicación clara de por qué y cómo suceden las cosas, en una sucesión de calamidades que parece calcada a las que sucedieron en el siglo pasado.
¿Cóm es va conseguir que en el nostre Estatut d'Autonomia es reconeguera l'Idioma Valencià?
Sense dubte, l'alvertent llingüístic del moviment valencianiste és la seua traça més definitòria tal i com assumixen els principals diccionaris valencians.
En las últimas semanas, aparte del calor, los incendios y los millones de veraneantes que circulan enloquecidamente por nuestra geografía, algunos asuntos de orden internacional, materias en que parezco estar encasillado, han ocupado la atención de los medios informativos. Me atrevo a decir, a falta de mejor información que echarse a la boca.
Me indigna sobremanera que, a la Guerra de Liberación contra el comunismo, desarrollada en España, en una de sus fases, entre 1936 y 1939, se le llame guerra civil, porque no fue una guerra entre españoles exclusivamente, sino que fue una guerra entre españoles y entre otros, nacidos, sí, en España, pero que estaban adheridos a organizaciones e ideologías subordinadas a intereses internacionalistas y antiespañoles.
Lo presencié el pasado lunes, y lo recuerdo ahora todavía con la respiración contenida. Un autobús urbano estuvo a punto de atropellar a un joven que iba en moto, en una calle paralela a un concurrido paseo marítimo. Había un Stop que se había saltado. Me fijé y era cierto, pero casi íntegramente tapado por una furgoneta aparcada. El joven conductor alegó que no se ve prácticamente nada, y era cierto.
Es evident que les cristianes valencianes que hem estudiat en l'articul anterior, s'han de contar entre els “valentini” que coneguerem en “Els cristians valencians que trobà Jaume I”. Estes valencianes eren ateses espiritualment per religiosos valencians que eren ajudats pels que venien de la provincia eclesiastica de Tarragona i de la de Toledo, segons consta en la documentacio de la “ordinatio ecclesiae valentinae”. Recordem-ho.