LAS "LENGUAS" en el NUEVO MUNDO
Cualquier persona mínimamente interesada en historia está al corriente de las múltiples dificultades por las que hubieron de atravesar aquellos hombres abnegados, intrépidos, valientes y soñadores en su quehacer diario para descubrir y colonizar el Nuevo Mundo. El esfuerzo sin medida, la incertidumbre sin límites, la renuncia a las más elementales comodidades, incluso la exposición de la propia vida fueron el denominador común de todas las expediciones.
Con todo hay un aspecto que, con demasiada frecuencia, pasa desapercibido y que supuso un importante obstáculo para la consecución de sus objetivos. Me estoy refiriendo a la comunicación entre unos pueblos que, en este aspecto, poco o nada tenían en común entre ellos, y menos aún con los seres barbudos y cubiertos de metal que habían aparecido, no se sabe cómo ni de dónde.