A los abuelos
He vuelto a comprobar que muchos lectores agradecen que tratemos cuestiones humanas, familiares, sociales, y que sienten hartazgo y hasta desánimo por los temas políticos o más bien de partidos políticos, porque la política en sentido amplio abarca todo lo ciudadano.
La corrupción política y las concesiones del Gobierno actual de Pedro Sánchez han alcanzado tal nivel que muchos evitan hablar de ello para no amargarse, en comidas o tapeos. Pasando por una calle de Castellón, en la terraza de un bar, he oído: “He decidido no ver los telediarios: me hierve la sangre, entre corrupción y sucesos”.
Ha tenido amplia repercusión la columna que publiqué la semana pasada, “Maternidad”. Me han llegado bastantes más comentarios que cuando trato cuestiones políticas. Interesa más la familia, la vida cotidiana.