DÉJÀ VU
Pocos hechos hay tan desalentadores para un periodista accidental, como quien esto escribe, que tener que volver una y otra vez sobre parecidos problemas. Y no ocurre ello por falta de imaginación sino por el hecho de que los problemas del país no se enfrentan con determinación y, por consiguiente, no se resuelven.
Hace poco les hablaba del problema de la migración. Aún más recientemente traté sobre el rearme en la Unión Europea y en cada uno de sus socios. Hoy habrá que abordarlos de nuevo.
Las migraciones desde los países menos desarrollados a los más prósperos es un fenómeno inevitable y también necesario. Es inevitable porque está en la naturaleza humana poder mejorar su destino y el de su prole. Todos los países la hemos practicado y a muchos nos ha valido no solo para enriquecer al emigrante sino también para fortalecer al país receptor.