Una nación sin líderes
Hace algunos años en una clase, a la que asistía como alumno, el profesor que la impartía dijo una frase que se me ha quedado grabada en la memoria, y ya tiene mérito con la poca que tengo. La frase en cuestión es esta: El liderazgo, como la belleza, es muy fácil de ver pero muy difícil de definir. No puedo estar más de acuerdo con la afirmación.
Personalmente le añadiría que es fácil de ver y de sentir. Esa percepción del liderazgo se hace más patente en situaciones adversas en las que el individuo intuye el peligro. Los animales irracionales se basan en su instinto, o en señales de otros miembros de su misma especie, que les hacen ver a quien han de seguir para salvarse individualmente y, en muchos casos, salvar al conjunto.