LA CONFERENCIA DE PRESIDENTES
En los últimos años del gobierno de Josip Broz "Tito", sobre Yugoslavia, allá por 1978, el Mariscal se mosqueó con que tanta gente en el país se hiciera llamar Presidente: los administradores de comunidades de vecinos, los mandamases de equipos de fútbol, los líderes de Parlamentos, de forma que un día pensó "hasta aquí hemos llegado" y decidió que en Yugoslavia no había más presidente que él y retiró la facultad de vulgarizar el título a prorratillo. Poco tiempo después, en 1980, Tito desapareció y con él lo hizo también Yugoslavia que se vio fraccionada en siete países, dos de ellos -Croacia y Eslovenia- pasaron a integrarse pronto en la OTAN y la UE; Montenegro y Macedonia del Norte se unieron a la OTAN y el resto -Serbia, Bosnia y Kosovo- siguen en las tinieblas exteriores.