EL PLANTÓN
Desde hace varias semanas, el presidente Sánchez se había sacado de manga una estrategia con la que esperaba sacar pingües beneficios políticos: se trataba de convocar uno a uno a los presidentes de las Autonomías tanto a las gobernadas por sus correligionarios como por el PP.
El proyecto se fue desarrollando ordenadamente. Los barones estaban satisfechos de poder visitar al presidente en tete a tete, un hecho muy poco frecuente en esta y otras legislaturas, poder llevar la lista de peticiones y quejas, y en que Sánchez buscaba equilibrar las ventajas concedidas al País Vasco y, sobre todo, a Cataluña.
Ninguno de los barones dio por buena la singularidad financiera respecto a Cataluña y tampoco la amnistía, pese a lo cual el paripé iba funcionando bastante bien y con cortesía versallesca. Los barones volvían a sus regiones satisfechos por haber tocado poder y creyendo habían obtenido promesas importantes.