Stop a la violencia política española

No quiero comparar si hay más o menos violencia, física y verbal, en nuestro país respecto a hace unos años, o comparando con los países de nuestro entorno. La impresión que tengo es que va a más, invocando la política como justificación para agresiones e insultos, especialmente en las redes sociales.

Inés Arrimadas sabe bien lo que es recibir insultos en Cataluña por ser de Ciudadanos. Eso no ha sido obstáculo para que haya reprobado los insultos a Ada Colau por parte de independentistas catalanes, a la vez que alude a que ojalá Podemos condene agresiones que ella ha sufrido, o pueda sufrir.

En muchos municipios catalanes no se han atrevido a presentar listas electorales varios partidos como el PP, Ciudadanos o Vox, por el clima existente de una minoría independentista-violenta que le parece que insultar, molestar o agredir físicamente es en defensa propia, casi hasta en legítima defensa, intimidando a candidatos o incluso a sus familiares.

Cervantes, compañero de los valencianos en Lepanto

¿Por qué Cervantes, en sus obras, respetó siempre a los valencianos? Y el novelista, como es sabido, fue sarcástico con todos los pueblos de España (los vascos y catalanes, sin ir más lejos, fueron simbolizados respectivamente por el vizcaíno ignorante y por el bandolero Guinart, generoso con lo robado previamente) ¿A qué se debió, por tanto, el aprecio cervantino a los valencianos? La respuesta sería obvia si algunos biógrafos (Andrés Trapiello, Martí de Riques, Jean Canavaggio…) no hubieran soslayado la relación del escritor con nuestros antepasados.

¿Y ahora con qué lo sustituyo?

Soy un veedor ocasional de televisión. Algún partido de fútbol y de baloncesto, alguna carrera, algún programa de ciencia o naturaleza y poco más.

Mi confianza en la Justicia es grande; en los jueces, tocando lo personal, no tanto, incluso aún menos. Vamos, como con la Política y los políticos.

Cuando comenzó el juicio por el “procés”, vi la primera sesión por el morbo que suponía ver a unas personas, que se creían superiores al resto de los mortales, tratadas como a los delincuentes que eran considerados. Vino después una segunda, tercera y enésima vez. Cuando no las podía ver en directo, las seguía por la noche. En fin, se me fueron cayendo mitos; aquellas gentes tan arrogantes sólo tenían dos piernas, ¡como yo!

Jeta en apuros

El líder de Podemos –por ahora es el líder– responde bastante bien al concepto de caradura que tenemos en la cabeza. Ya no sirven otros calificativos como el de populista, ególatra o radical izquierdista, ni siquiera el de tardomarxista. En el diccionario se define al caradura de la siguiente manera: “Dícese de la persona que tiende a aprovecharse de los demás”. Además, el diccionario ofrece sinónimos: “jeta, sinvergüenza, aprovechado”. Pablo Iglesias no es que “tienda” a aprovecharse, es que chupa la sangre sistemáticamente a quienes están a su lado, les utiliza hasta que ellos se dan cuenta o el propio Iglesias atisba que hay otras personas que le pueden aportar más a su enorme ‘ego’, a su carrera política o a su mera ambición. Usa y tira a las personas.

Lourdes, orgullo español

Hay títulos que se escriben para atraer al lector. Esa es la intención de éste, con permiso de nuestros amigos franceses, a los que también anticipo si se ven atraídos por el título, que no tengo ningún ánimo de contrariarles ni de pensar que no deben sentirse orgullosos de sus logros patrios, que los tienen, y muchos, y envidiables.

Pero en una sociedad como la española, más que autocrítica, autodestructiva, necesitamos exponer ejemplos palpables, corrientes, a la vista del ciudadano medio para que no se deje engañar con “cantos de sirena” de unos o de opiniones autodestructivas y anti-españolas de otros.

Tesoros naturales en las entrañas de ESPAÑA

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Las tierras ibéricas siempre fueron ricas en minerales. Durante el Imperio Romano, el oro extraído de Las Médulas, en la provincia de León, suponía casi el 10% de los ingresos de Roma, y sirvió para establecer el primer patrón oro. Más antiguas aún son las extracciones de Rio Tinto, explotadas desde hace más de 5.000 años por íberos, fenicios, romanos y musulmanes, quienes arrancaron cobre, hierro, manganeso, plata y oro.

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