No fue una guerra civil
Me indigna sobremanera que, a la Guerra de Liberación contra el comunismo, desarrollada en España, en una de sus fases, entre 1936 y 1939, se le llame guerra civil, porque no fue una guerra entre españoles exclusivamente, sino que fue una guerra entre españoles y entre otros, nacidos, sí, en España, pero que estaban adheridos a organizaciones e ideologías subordinadas a intereses internacionalistas y antiespañoles. Es decir, los contendientes rojos no eran, y, desde luego, no merecían serlo, españoles, porque la nacionalidad no es una circunstancia político-administrativa, es algo más, además de eso. Cierto es que las fuerzas nacionales recibieron el apoyo de potencias extranjeras, pero éstas no tenían ningún interés en trocear a España. Es más, el gobierno asesino del Frente Popular, en 1937, para entorpecer esa ayuda, entró en contacto con el III Reich y con la Italia fascista, a quienes se les ofreció la entrega de partes del territorio sagrado de la Patria, ofrecimiento rechazado. Por lo tanto, eterno agradecimiento a ambas naciones y a sus gobiernos de entonces.