Seguimos en período electoral tras el 28-A, y ahora toca el 26-M, elecciones municipales, autonómicas y europeas. Es muy complicado saber por qué votamos a un partido o a otro, o por qué no se vota, o en blanco, pero diversos comentarios que se oyen en todo tipo de conversaciones arrojan algunas luces, desde luego parciales.
A la hora de votar, algunos partidos políticos han pedido que se vote con la cabeza, no con el corazón. Y me temo que la cabeza no es lo que predomina en bastantes votos. El estudio de lo que cada partido propone y la trayectoria de los líderes no nos ocupa excesivo tiempo, y es una lástima, aunque también es justo reconocer que los programas se incumplen con suma facilidad y la trayectoria de los líderes es compleja, por lo que hay un campo abonado a otras motivaciones.
Hace un tiempo, hablando con un líder del PP, le pregunté cuál es la diferencia principal entre el PP y el PSOE. Tras pensarlo un poco, me dijo: el PSOE es estatalista, el PP apuesta por la sociedad civil. Al menos, interesante apunte.