Los indecisos ante el 26-J

En las diversas encuestas que se han publicado sigue llamando la atención el número de personas que no saben si irán a votar o que no saben a quién votar, un 33%. Hay que tener en cuenta que tal vez tienen sobrados motivos, por el alejamiento hacia los políticos que ha ido aumentando en nuestro país, por las maniobras de pactos postelectorales tras el 20-D, por la sensación de que incluso los partidos emergentes como Ciudadanos y Podemos caen en prácticas autoritarias.

Engaños y desengaños

Dice Gracián que “entramos en la vida engañados y salimos de ella desengañados“, y así es, en verdad, porque esta triste experiencia la tenemos todos los humanos y es la principal lección que nos enseña el paso de las cosas y de los años. Las ilusiones tienen vida corta, y aunque se suceden unas a otras con mucha facilidad, la mayor parte de ellas están destinadas a desaparecer, o en el mejor de los casos, a perder la fuerza que antes tenían por el desengaño que ineludiblemente nos viene del conocimiento de los hombres y de la vida. Pero esta experiencia universal nunca debe llevarnos a un pesimismo derrotista, sino, más bien, a un sabio realismo: el desengaño nos hace ver qué podemos esperar o no esperar de los hombres, dónde está la verdad y dónde la mentira, y cómo debemos orientar nuestra vida en orden a realizar un bien perdurable que no dependa de engañosas ilusiones.

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