Historia

Una fita en L'HISTÒRIA DEL REGNE

El Libre dels Furs escomença en les següents paraules: «En lo any de nostre Senyor M.CC.XXXVIII. nou dies de Octubre pres lo Senyor en Iaume per la gracia de Deu Rey Darago la ciutat de Valencia».

El Libre dels Furs arreplegarà el sentit de la plenitut del poder real i el criteri patrimonial del "Regnum", aixina com de l'institució de les Corts. El Monarca va erigir a la ciutat de Valéncia, una vegada capitulada, en «Cap i Casal del Regne».

El rei En Jaume d'Aragó fundà el Regne de Valéncia como a tal -any 1239- i el configurà com a unitat política i administrativa, dotant-lo de lleis pròpies i distintes de les qui regien en els Regnes d'Aragó i Mallorca i els comtats catalans i articulant una serie d'institucions de dret públic que permeteren, analógicament parlant, l'autogovern del Poble valencià.

El retrato boca abajo del Borbón

El sustantivo valenciano “ninot” estaba impuesto hacia el 1700, usándolo literariamente Ros en alusión a personajes ridículos o estrambóticos: “aquells ninots ab gavinets” (Ros: Coloqui de les Dances. h. 1734). Algo más tarde, en 1801, se documenta “ninot” (Bib. Nac. Ms. 3905) por primera vez en la historia de la lengua con el significado de escultura grotesca, fuera esculpida en piedra, modelada en barro o construida con cartón. El vocablo valenciano ninot, que pasaría al catalán y castellano (Dicc. Seco. Aguilar 1999), derivaba del hipotético “ninus” latino, generador del asturiano “nino” del Fuero de Avilés (a. 1155); los “ninos” y “ninas” de la lengua castellana de Valladolid (a. 1222), además de los “ninno” y “ninna” italianos o el “nena” portugués y castellano. De aquella caótica koiné medieval surgieron vocablos que sedimentaron singularidades semánticas en valenciano, gallego, castellano, etc.

Contribución de LOS REYES DE LA VALENCIA FORAL a la configuración del Reino (IX)

El Compromiso de Caspe

El Interregno de dos años y la celebración del Compromiso de Caspe brindaron al aragonés Papa Luna -Benedicto XIII- la ocasión de volcarse en intentar solucionar las divisiones entre los partidarios de los aspirantes a ocupar el trono y los problemas jurídicos que originaron la cuestión sucesoria, sin que su intervención fuera directa y personal, pero sí pudo ser influyente. A. Selma y C. Laliena han señalado que “es fácil ser cínico retrospectivamente y sugerir que la elección estuvo condicionada desde el principio por el bando finalmente vencedor, que estaba detrás del candidato más fuerte; o por la soterrada apoyatura de Benedicto XIII, que colocó a varios de sus hombres de confianza entre los compromisarios” (1).

Contribución de LOS REYES DE LA VALENCIA FORAL a la configuración del Reino (VIII)

El período de “Interregno” (1410-1412). La cuestión dinástica

 

La muerte en el verano de 1409 de Martín el Joven en Sicilia y la del rey don Martín el Humano el 31 de mayo de 1410, sin descendencia, plantea la cuestión sucesoria en la Corona de Aragón, al dejar un vacío del poder legal. Se inicia el período de interregno y se celebran la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe.

 

La Concordia de Alcañiz

Desde el castillo de Peñíscola el papa Benedicto XIII remitió una carta a los parlamentos de los Estados de la Corona de Aragón instándoles a que buscaran una solución al problema suscitado y propuso que en vez de celebrar un Parlamento General se reunieran solamente unos cuantos hombres entendidos en leyes para que decidieran por todos. A la misiva se le adjuntó una bula papal que recogía el nombramiento de un procurador suyo con facultades ejecutivas que era Francisco de Aranda.  

Contribución de LOS REYES DE LA VALENCIA FORAL a la configuración del Reino (VII)

2.8. Obra y valoración del reinado de Martín I el Humano (1395-1410)

Fue el segundo hijo de Pedro II de Valencia el Ceremonioso y de su tercera esposa doña Leonor de Sicilia. Contrajo matrimonio en 1372 con doña María de Luna. Su madre le dejó al morir en herencia los derechos sobre la Corona de Sicilia, posesión que le fue otorgada por el rey don Pedro en 1384, en un momento en que la isla pasaba por fuertes convulsiones y que no reconocía autoridad alguna. Cierto distanciamiento paterno-filial hizo que no asistiese al nuevo matrimonio del Ceremonioso con la reina doña Sibila, ni a la ceremonia de coronación de su madrastra, ni a los fastos jubilares del reinado de don Pedro celebrados en 1385.

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