Esperando Residencia
A estas alturas, prácticamente todos hemos conocido una dura “espera”: que telefoneen confirmando que hay plaza en una residencia de tercera edad para un familiar nuestro, vecino o conocido. Puede suceder un año después de que la Consellería de Igualdad haya reconocido el grado 2 ó el 3, que ofrecen la opción de solicitar el ingreso en una residencia. Es una situación muy dolorosa y dura para una familia: se tarda un año en concederse; y una vez concedida, puede tardarse otro año más. Súmese todo ello y nos aproximamos al prolongado sufrimiento de una familia, que genera un desgaste físico y psíquico en quienes le cuidan, y lo duro es que fallece a veces el dependiente antes de que llegue la concesión. Tan cierto como la vida misma.