Soluciones a la tragedia del paro
Sé que algunos lectores, al leer el título de esta columna, esbozarán una sonrisa o un gesto de desdén: no piensan que el paro en España sea una tragedia. Sin embargo, yo sí lo pienso: toda persona ha de trabajar, tiene derecho a un trabajo digno y con cierta estabilidad. De lo contrario, surgen tensiones personales, familiares, sociales, que son consecuencia del desempleo, aunque algunos estén felices cobrando casi permanentemente un subsidio de desempleo. Una felicidad hueca, vacía, superficial.