Opinión

Grandes hitos en la historia de los Derechos Humanos. APORTACIÓN ESPAÑOLA

Me ha llamado la atención que, en la inmensa mayoría de los casos en los que he hecho una consulta en la web sobre la evolución histórica de los Derechos Humanos, hay una suerte de coincidencia en los resultados, lo cual me ha llevado a pensar que, posiblemente, esa historia y esos momentos son los que comúnmente son aceptados por la comunidad internacional.

Vaya por delante mi escaso, por no decir nulo, conocimiento sobre la materia. Digo esto para dejar claro que lo que aquí se expone se somete a mejor criterio y si es preciso a la revisión y oportuna corrección.

Pues bien los momentos más significativos, que en las sucesivas búsquedas realizadas en el mundo de internet se repiten, son los siguientes:

Todo un caminàs

De las nuevas especies humanas

Desde la apertura parcial de la prisión, a la que me ha sometido el Gobierno sin motivación alguna por mi parte, he regresado a mi costumbre cotidiana de caminar.

El primer día, aunque recorrí varios kilómetros menos, me encontraba como Rambo, ¡no me sentía las piernas!, sin llegar a tener agujetas. Ahora voy progresando debidamente y aun me faltan algunos kilómetros para llegar al nivel habitual.

Pero no es de esto de lo que quería hablar. A mi regreso a la ronda de circunvalación de Castellón me he encontrado no con mucha más gente que antes, sino con la proliferación de unos tipos que siempre se apreciaban y se veían como forma de ser y estar egoísta y mal educada en valores ciudadanos. Hoy, tras ver anteayer un encontronazo bastante fuerte entre dos ciclistas, me decido a dedicarles un poco de atención, por si pudiera ser de la utilidad de alguien, autoridades incluidas.

Por lo general, la gente somos bastante cumplidores de las normas excepto estos tipos que seguidamente paso a describir:

Nuevas elecciones generales

Tras la crisis sanitaria por el coronavirus, España necesita celebrar unas nuevas elecciones generales a finales de 2020, para que haya un Gobierno que elijamos para superar la grave crisis económica, laboral y social en la que estamos ya sumidos. Y que va a ser muy dolorosa y larga.

La desastrosa gestión de la pandemia por parte del actual Gobierno –tarde y mal- al afirmar que tardaremos dos años en recuperar la riqueza perdida.

Algunos sectores se recuperarán antes de dos años, otros en dos años y otros tardarán más. Basta pensar en las empresas que se están viendo abocadas al cierre, o los comercios, autónomos, bares y pequeñas empresas que habrán de buscar nuevas actividades profesionales, y eso no se resuelve en unos meses.

Soy partidario de agotar las legislaturas, en principio, pero es que la actual situación requiere que los españoles elijamos a quien debe dirigir la recuperación de todo un país. Y me pesa pedir este adelanto, porque ya llevamos unas cuantas elecciones en los últimos años.

La pandemia: FACTA NON VERBA

No dire yo que no s’haguera pogut fer millor, que no es puga fer millor. No dire que siga improvable que el president del govern Pedro Sánchez tinga un ‘toc’ de superbia (ya ho escrigui, fa mesos). No dire que no es va a marches forçades i que les lleis haurien de coneixer-se en mes antelacio... No dire mes coses perque lo que nos pareix un temps llarguissim nomes son dos mesos curts, unes huit semanes, uns xixanta dies.

Ya sabem que lo dur se’ns fa etern...i lo bo, curtissim, passa en un alé.

Molts dirigents politics han donat a repel el si a l’estat d’alarma i a les prorrogues. Uns atres han votat sempre que no i uns pocs que s’abstenien ara se’n passen al costat del no. Es la llibertat de la democracia.

I esta reticencia no nomes la proclamen l’ultradreta, els independentistes, els soberanistes o els nacionalistes, es ya tambe paraula d’alguns presidents autonomics del PP (Andalusia, Galicia...en sintonia en el seu –nefast– dirigent Pablo Casado, que ara diu que ya no cal), o d’algun reconvertit com el president de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

Puig habla de “gerontofobia”

Hace unos días, Ximo Puig afirmó que no consentiría que, como herencia de esta pandemia, quedara en la sociedad una “gerontofobia”, que la Generalitat no lo permitirá, y se deshacía en adjetivos para destacar el esmerado cuidado que se merecen los ancianos. Esa defensa de los ancianos, en estos momentos resulta sospechosa por parte de Ximo Puig, porque busca esconder una realidad dolorosa: el elevado número de ancianos fallecidos por el coronavirus, y de modo especial en las residencias de ancianos. Además, yo no observo en la sociedad gérmenes de “gerontofobia”, sino gritos desesperados de que haya más residencias de ancianos y se gestionen mejor: una vez más, Puig pretende crear un problema social donde no lo hay, para erigirse en guardián de los ancianos. Táctica desinformativa, una vez más.

ESTOY CANSADO

Estoy cansado.

Sé poco de algunas cosas y menos aún de otras muchas. Me han hecho mayor –o viejo, sin que lo haya pedido, y mi parecer no es importante. En fin, soy un español medio, soy … un jubilado que goza de razonable buena salud. A D g.

Digo que a Dios gracias porque nuestros indirigentes políticos ya hacen todo lo posible para aligerar la carga social que representamos, sin recordar lo que conseguimos.

Pues eso. Estoy cansado de estar en una prisión, aunque sea la mía, sin saber por qué; sin tener derechos, aunque sean inferiores, como los presos políticos; contentándome con ver en los medios la zanahoria de que, a lo mejor, un día, o dentro de unos días, o de unas semanas, si me porto bien, me dejen enseñar la patita por donde y cuando me digan las voces de unas gentes que, como no piensan en LA nación, lo mismo pueden ir hacia adelante como hacia atrás; aunque ellos puedan saltarse impunemente sus estrictas normas sin que nadie se inquiete ni les pida esa responsabilidad que ellos exigen a los demás.

Pedro Sánchez: tarde y mal

Pedro Sánchez está gestionando muy mal la crisis del coronavirus. Sé muy bien que no es nada nuevo ni original lo que afirmo, pero lo hago a sabiendas: ni por agotamiento va a lograr que pensemos otra cosa, mientras no cambie su aire autosuficiente, mentiroso e incompetente de gobernar nuestra querida España.

Afirmar que se gobierna “tarde” ya lleva implícito que lo hace “mal”. Sin embargo, reitera sus errores casi cada día, y permite que los miembros del Gobierno digan una cosa y su contraria. Difícil arreglo tiene, para desgracia nuestra, pues afecta a la salud, al empleo, a toda la sociedad española, con tintes dramáticos, sin que nos sirva la cantinela de que es un problema mundial: basta ver cómo se está gobernando en otros países, para reconocer que es un problema de todo el mundo, pero hay modos de gestionar la crisis mejor y peor, y el balance de Sánchez es aterrador.

Suscribirse a Opinión